Parabola del Té amargo
Fué en aquel tiempo en el que hypoc meditaba sobre San Gulik, cuando entró en su cocina para preparar la fiesta que se avecinaba. Sumergido en el trabajo se dío cuenta de que se había olvidado del té de anoche. Que él, en su debilidad, se olvidó de acordarse, de haber hecho ese té y ahora habia permanecido 24h reposando. Tenía un aspecto oscuro y opaco y era deseo de hypoc mezclarlo con agua para poder beberlo. Y de nuevo, en su debilidad, sin pensar mas acerca del tema, se sumergio en su trabajo físico de la preparación. Fué en aquel momento en el cual, sumergido en la euforia de la preparación, escuchó una voz alta y clara en su cabeza que le decía:
-Es Té amargo del que tanto te ocupas. Hypoc escuchó esa voz , sin embargo se intensifico en la tarea y el patrón neuronal, que unía o codificaba el trabajo con el esfuerzo muscular y no desistió sino todo lo contrario. Asi Hypoc siguio con su tarea e ignoro aquella voz.
Se volcó de lleno en su realidad física, termino satisfactoriamente el trabajo que se había propuesto y tal como la voz habia dicho:
El té sabia amargo.
Rev.Dr.Hypocrates Magoun, P.P,
reverendo de POEE, Casta Okinawa
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